El presidente del PP en Cataluña, Josep Piqué, ordenó ayer de forma fulminante la expulsión del partido del alcalde de Pontons (Barcelona), Lluís Caldentey, tras asegurar que no casaría homosexuales porque se trata de "personas taradas". No fue el único alcalde conservador que reiteró su negativa a oficiar enlaces gays. También lo hizo el de Valladolid, Javier León de la Riva, que llegó a decir que impediría que ningún otro concejal celebre este tipo de enlaces. La mayoría de regidores del PP, sin embargo, insistieron en que ellos no oficiarán este tipo de bodas pero no impedirán que sus consistorios las celebren.

El alcalde de Pontons no tuvo pelos en la lengua. "Hay que descartar a los homosexuales en el tema del matrimonio porque tienen una anomalía. Son personas taradas que nacen con una deformación física o psíquica. Nunca he visto a dos perros machos hacer el amor, no es natural", manifestó Caldentey.

Javier León de la Riva, alcalde de Valladolid, encendió la mecha de la discordia el lunes al asegurar que las uniones entre personas del mismo sexo "no se deberían llamar matrimonio". Esta es la teoría defendida abiertamente por el PP. Sin embargo, León de la Riva fue más allá y aseguró que se acogerá a la cláusula de conciencia para no casar gays ni delegarla en concejales.

Sus declaraciones fueron respaldadas por el alcalde de Ávila, Miguel Ángel García Nieto, también del PP. En su opinión, lo más importante es "actuar en conciencia".

El mismo argumento esgrimió Mario Amilivia, el alcalde de León, para mostrar su rechazo a celebrar enlaces gays. Otros ayuntamientos gobernados por el PP no quisieron pronunciarse sobre el tema.

Cristina Gomis, concejala del PP en Elda, se desmarcó de sus compañeros de partido y anunció que, en cuanto la ley esté aprobada definitivamente en el Parlamento, ella misma casará a dos homosexuales.