El Gobierno español sigue defendiendo la actuación de Marruecos en la crisis generada por la presión migratoria de subsaharianos sobre Ceuta y Melilla. Ayer, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, afirmó que la respuesta de Marruecos fue "positiva" cuando España le preguntó por los derechos humanos de los inmigrantes. El presidente del Gobierno aludió a las "intensas gestiones" realizadas "durante 48 horas con Marruecos" para acordar una mayor colaboración fronteriza y para que se cumpliera el "máximo respeto a los derechos humanos" de los inmigrantes. Y señaló que el país vecino "ha hecho un esfuerzo importante". Zapatero criticó al PP, que le acusó de ser "incapaz de controlar las fronteras". El principal partido de la oposición pidió ayer, a través de su secretaria de política autonómica, Soraya Sáenz de Santamaría, más firmeza a la hora de exigir a Marruecos que los inmigrantes no salten la valla ni fleten pateras.

El Gobierno marroquí quedó ayer en mala posición después de que el Frente Polisario presentara a la prensa a un centenar de inmigrantes subsaharianos rescatados en el desierto después de que Rabat los abandonara.