Más de 180 países reunidos desde hace dos semanas en Montreal (Canadá) decidieron ayer abrir la puerta a un gran pacto sobre el cambio climático para después del 2012 al margen de si Estados Unidos se suma o no al mismo. La Administración de George Bush aún no había respondido a las once de la noche al órdago, pero fuera cual fuera su actitud final, quedará para la historia que por vez primera una conferencia de la ONU toma una decisión sin contar con la opinión del país más poderoso del mundo.

La rendija abierta por el acuerdo es pequeña. Tan pequeña que el documento aprobado establece simplemente la apertura de "un diálogo" dirigido a "explorar y analizar estrategias a largo plazo para hacer frente de forma conjunta al cambio climático". Además, precisa que este diálogo no tiene por qué desembocar necesariamente en negociaciones o compromisos.

Aunque el avance es mínimo, fue juzgado muy positivamente por la delegación española, que considera que con él se ha abierto el camino para que los grandes países en vías de desarrollo, como China, Brasil y México, acaben sumándose a la lucha contra el cambio climático, aunque sea a través de compromisos voluntarios. El papel de China es clave. No en vano en pocos años las emisiones del país más poblado del mundo superarán a las de EEUU. Pero más allá del texto concreto del acuerdo, lo que más parecía satisfacer a los negociadores europeos --aliviados y casi eufóricos-- era desprenderse del lastre psicológico de tener que contar siempre con la opinión a la contra de Estados Unidos. Eso había hecho fracasar la anterior cumbre, celebrada el año pasado en Argentina. "No gastemos más energías en convencer a Estados Unidos, como se hizo en Argentina", dijo a todos los ministros reunidos el presidente de la conferencia, el titular de Medio Ambiente canadiense, Stéphane Dion.

Las cumbres siempre han adoptado sus acuerdos por unanimidad, aunque la normativa que las regula establece que debe ser por consenso. Es la sutil diferencia entre una y otra palabra a lo que pretende acogerse Dion para sacar adelante la resolución con el posible voto en contra o abstención americana.

HASTA LAS ELECCIONES La ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, precisó que no se trata de marginar para siempre a Estados Unidos: "Podemos aparcar el ir con ellos hasta después de las próximas elecciones". El mensaje más claro en este sentido fue la presencia del expresidente Bill Clinton en la cumbre, invitado por el Ayuntamiento de Montreal y aclamado por más de 2.000 delegados. Narbona también destacó que el documento aprobado establece un esbozo de calendario. Los países deberán remitir al secretariado de la ONU, antes del 15 de abril, sus "puntos de vista iniciales" sobre cómo afrontar el cambio climático y, además, se establece que las cumbres de los dos próximos dos próximos años, 2006 y 2007, den "nuestras instrucciones" sobre el proceso.

Es un tiempo suficiente para que en el 2008 se tomen decisiones más claras, dado que más adelante ya sería tarde para abrir un Kioto 2, cuya fecha de partida debe ser 2013.