AYUDA A FUMADORES. Tanto el Ministerio de Sanidad como el grupo parlamentario socialista, que cuenta con el apoyo del PP, defienden que el veto a las salas para fumadores no sólo protege la salud de los no fumadores sino también la de los fumadores, ya que disminuyen su consumo y pueden facilitar que se deje de fumar definitivamente.

MEDIDA EDUCATIVA. La ausencia de salas de fumadores, según la portavoz del PSOE, Isabel Pozuelo, tiene un transfondo educativo, ya que hace ver a los jóvenes que el trabajo es un lugar donde no se fuma y les puede disuadir para que no adquieran o dejen el hábito. Pozuelo también recordó que ninguna ley de un país europeo aprobada desde el 2004 permite estas áreas especiales.

EVIDENCIA CIENTÍFICA. El Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo (CNPT), que agrupa a 39 sociedades científicas y que asesora al Gobierno, dice que la decisión está basada en la evidencia científica: donde se habilitan salas la salud de los no fumadores no está garantizada.

MENOS GASTOS. Disponer de una sala de fumadores, según el CNPT, requiere gastos de construcción, mantenimiento y limpieza adecuadas. La disponibilidad del área, agrega, aumenta las paradas no justificadas para ir a fumar y estos espacios llegan a convertirse en un club social.