Estas navidades, por primera vez, la muñeca Barbie no se encontrará en la lista de juguetes más solicitados por los niños del Reino Unido. La fama de la rubia más deseada del planeta está en declive.

Las ventas de Barbie han descendido un 30% en su tierra natal, Estados Unidos, y un 18% en el resto del mundo. La muñeca que ha sido acusada de representar con sus curvas, maquillaje y vestuario los estereotipos más femeninos, no parece gozar de gran estima entre las niñas británicas de hoy. Un estudio sobre marcas y publicidad, realizado por la Universidad de Bath, en el suroeste de Inglaterra, ha llegado a la conclusión de que las crías "odian" a la Barbie y hacen con ella mil perrerías.

Las interrogadas, un grupo de 100 niñas, con edades de entre 7 y 11 años, reconocieron haber quemado, mutilado y decapitado a la muñeca estadounidense. "Cuando les preguntamos por Barbie, la muñeca provocó rechazo, odio y violencia", señala el profesor Agnes Nairn, que ha dirigido la investigación. La muñeca simboliza una etapa anterior en la vida de sus dueñas, que al haber crecido, rechazan y desprecian. Odiar a Barbie sería pues como un rito de pasaje de la primera a la segunda infancia.

A unas les da por arrancarle la cabellera, otras las queman, hay quienes las van desmembrando e incluso hubo el caso de alguien que la metió en el microondas.

"Para un adulto ver el placer que un niño siente rompiendo, mutilando o torturando a sus muñecas es muy inquietante. Pero para el niño es una manera imaginativa de deshacerse de una mercancía que le sobra", afirma el profesor Nairn.