El Papa Benedicto XVI pronunció ayer el primer mensaje de navidad de su pontificado, en el que pidió la construcción de un nuevo orden mundial basado en relaciones éticas y económicas justas, y exhortó a los pueblos de Latinoamérica a vivir en paz y concordia.

"Hombre moderno, adulto y, sin embargo, a veces débil en el pensamiento y en la voluntad, ¡déjate llevar de la mano por el Niño de Belén, no temas, fíate de Él! La fuerza vivificante de su luz te alienta a comprometerte en la construcción de un nuevo orden mundial fundado sobre relaciones éticas y económicas justas", afirmó Joseph Ratzinger en el tradicional -para él nuevo- mensaje de navidad. Ante varias decenas de miles de personas reunidas en la plaza de San Pedro en una mañana fría, lluviosa y desapacible, el Pontífice exhortó a los pueblos a ser una "familia" llamada a construir vínculos de confianza y ayuda mutua.

"Una humanidad unida podrá afrontar los numerosos y preocupantes problemas del momento actual: desde la acechanza terrorista a las condiciones de pobreza humillante en la que viven millones de seres humanos, desde la proliferación de las armas a las pandemias y al deterioro ambiental que amenaza el futuro del planeta", precisó el Papa.

En un mensaje en el que la palabra más pronunciada fue "paz", el obispo de Roma alentó a los hombres a trabajar por la paz y el desarrollo integral de África, "oponiéndose a las luchas fratricidas", y lograr así -subrayó- la consolidación de los procesos políticos frágiles.

Ratzinger no olvidó la tragedia de Darfur y pidió que se salvaguarden los más elementales derechos humanos de las personas que se encuentran en trágicas condiciones, como los habitantes de esa región sudanesa.

En su recorrido por el mundo, el Papa se detuvo en Oriente Medio y Ratzinger abogó por la pacificación de una tierra durante demasiado tiempo martirizada.

El Pontífice también pidió a Dios que favorezca los procesos de diálogo en la península de Corea y en otros países asiáticos, con el objetivo -dijo- de que se superen las divergencias y se alcancen los logros de paz que tanto esperan sus pobladores.

Tras el mensaje, Benedicto XVI impartió la bendición Urbi et orbi en 32 idiomas, en el que de nuevo la palabra que más pronunció fue paz. En español dijo: "Feliz Navidad. Que la paz de Cristo reine en vuestros corazones, en las familias y en todos los pueblos", las mismas palabras que solía pronunciar Juan Pablo II.