Desde que el viernes estallase la voz de alarma sobre un empeoramiento del estado de salud de Rocío Jurado, por las diversas informaciones contradictorias que apuntaban a que había sufrido un infarto cerebral, la cantante ha ido empeorando y está grave, según confirmaron la familia y su médico, aunque se mantenía estable.

Fue su hermano y representante, Amador Mohedano, el que a primera hora de ayer aseguraba que la familia, reunida en el domicilio que José Ortega Cano y ella tienen en la madrileña urbanización de La Moraleja, está "muy preocupada" y "esperando a ver qué puede pasar", porque "la cosa está muy complicada". Mohedano, acompañado por su mujer, confesaba que necesitaban "un respiro", ante la presión de los medios de comunicación agolpados en el domicilio, y confirmaba así las palabras del médico personal de la artista, Alejandro Domingo, que un momento antes había asegurado que no se habían producido cambios desde que la cantante sufrió un empeoramiento en la madrugada del domingo.

El médico declaraba que "Rocío tiene un corazón muy grande, pero además tiene un corazón muy fuerte", y confirmaba que la cantante estaba "inconsciente" y "sedada". Domingo, que pasó toda la noche con la familia reunida en Villa Jurado, destacó que Rocío sufre una "acentuación de pérdida de conciencia" y no ocultaba la gravedad de su estado de salud.

Durante la mañana de ayer, familiares y amigos íntimos fueron pasando por la casa. Vestidas de negro y con gesto consternado, Mari Carmen y Concha Ortega Cano, hermanas del marido de la artista, no dejaban de repetir, a preguntas de los periodistas, que Rocío estaba "muy mal".

UN MES EN CASA Justo un mes lleva la cantante sin salir de Villa Jurado, a donde llegaba el pasado 28 de abril, tras estar unas semanas hospitalizada en Madrid a su regreso de Houston (EEUU), en donde se sometió a un largo tratamiento para hacer frente al cáncer de páncreas que padece desde hace casi dos años.

Durante su ingreso en la clínica madrileña de Montepríncipe, Rocío experimentó diversas recaídas y mejorías por causa de un proceso febril y fue el pasado jueves 6 de abril cuando su estado de salud se complicó, al detectársele "un cuadro de insuficiencia hepática aguda".

Tras varias recaídas, los médicos permitieron que fuera trasladada a su domicilio y ella entraba en él por su propio pie, el 28 de abril, acompañada por su marido y asegurando que viajaría a Chipiona en cuanto las fuerzas se lo permitieran. Desde entonces, la artista no ha vuelto a salir de su residencia en Madrid, hasta donde este fin de semana se han trasladado decenas de medios de comunicación, en medio de un enorme expectación.