Entre julio y agosto han fallecido en las carreteras de toda España 528 personas. La cifra supone una reducción de casi el 21% respecto a la del verano del 2005. Pero ahí no acaban las esperanzadoras noticias. El grupo de edad que más disminución de la mortalidad ha experimentado (un 36,67% menos) en estos dos meses ha sido el de los jóvenes de entre 15 a 24 años, según las estadísticas de la Dirección General de Tráfico (DGT).

Con los datos encima de la mesa, el máximo responsable de la DGT, Pedro Navarro, no disimuló ayer su euforia por la bajada de la siniestralidad en las carreteras, conseguida "entre todos", especialmente desde que entró en vigor el nuevo sistema sancionador. "El carnet por puntos está detrás de los datos", concluyó satisfecho.

"El comportamiento en las carreteras ha cambiado. Se ve en las vías y se nota hablando con la gente", subrayó. Ahora sí que resulta posible, añadió Navarro, lograr el objetivo impuesto por la UE para reducir la mortalidad en un 50% en el 2010. A pesar del optimismo, el máximo responsable de la DGT reiteró que el verdadero reto será consolidar en los próximos meses la tendencia a la baja del verano.

Respecto a la causa de los accidentes, en el 44% de los siniestros registrados por la DGT uno de los factores concurrentes fue el despiste mientras que en otro 40% fue el incumplimiento del código de circulación. El 22% de los fallecidos murieron en accidentes en los que intervino la velocidad excesiva.

Navarro destacó que el grupo que más ha reducido la siniestralidad es el de los jóvenes. De los 528 fallecidos este verano, 76 tenían entre 15 y 24 años. Ha dismiuido la mortalidad el 36,67% respecto al verano del 2005.

Lo que no ha cambiado respecto al año anterior es el número de fallecidos con edades entre 25 y 34 años. En ambos periodos se registró el mismo: 108. Este estío ha sido el grupo de edad donde más muertes se contabilizaron.

A lo largo del verano, 105 personas (un 28%) murieron sin utilizar los elementos básicos de seguridad: casco y cinturón. A pesar de ello, el uso del cinturón está más extendido. De hecho, el 25% de los fallecidos el verano pasado no lo llevaban abrochado y este verano fue del 23%.