La princesa Kiko, de 39 años, esposa del príncipe Akishino, segundo hijo del emperador de Japón, dio a luz ayer en Tokio, mediante cesárea, a un niño que pesó dos kilos y casi seiscientos gramos. El bebé, que tiene dos hermanas, las princesas Mako, de 14 años, y Kako, de 11, es el primer varón que nace en la casa imperial nipona desde hace casi 41 años. Se convierte así en el tercero en la línea de sucesión, por detrás de su tío, el príncipe heredero Naruhito, y de su padre. El jefe del equipo médico del hospital Aiiku que atendió a Kiko confirmó, además, que la princesa accedió a donar el cordón umbilical, que contiene células que pueden ayudar a combatir enfermedades como la leucemia.

Tras conocer la noticia, los emperadores Akihito y Michiko, que se encuentran en el norte de Japón, mostraron su satisfacción. "Nos sentimos aliviados al conocer la noticia del nacimiento exitoso. Esperamos enviarles nuestras más sinceras felicitaciones", dijo el emperador.

RITUALES Como manda la tradición, el nuevo heredero pasará por una serie de rituales que le confirmarán como miembro de la familia imperial y marcarán su destino como sucesor de la corona del sol naciente. Ya ayer Akihito mandó al príncipe Akishino una espada japonesa protectora para felicitar el nacimiento de su hijo. El nombre lo recibirá durante una ceremonia que tendrá lugar la semana que viene (de momento solo se sabe que este contendrá el sufijo hito, que significa persona virtuosa) y se le impondrá un símbolo con el que se marcarán sus pertenencias. Dentro de 43 días, además, será presentado a los dioses en la ceremonia sintoísta omiamaeri.

Ayer los diarios japoneses sacaron ediciones especiales y todas las televisiones le dedicaron buena parte de su programación. Por todo el país se produjeron muestras de alegría, como bailes populares, y se enviaron mensajes de felicitación.

Aunque la buena nueva no zanja la conveniencia de adaptar el trono a los tiempos modernos, el sentido práctico de los japoneses hace prever que pospondrán la discusión como mínimo una generación. En el pasado Japón ha tenido hasta siete emperatrices regentes, pero estas nunca legaron a sus hijos el trono, que según la tradición se transmite sólo por la línea masculina.

DEBATE APLAZADO Ayer el primer ministro, Junichiro Koizumi, durante cuyo mandato tomó fuerza la idea de permitir el acceso de las mujeres al trono, dijo que el debate solo se ha aplazado. "El futuro dependerá en gran parte del próximo primer ministro. Pero el próximo año no se presentará al Parlamento", declaró en referencia a la reforma de la ley de sucesión imperial.

Precisamente, Shinzo Abe, el probable sucesor de Koizumi a finales de este mes, es uno de los partidarios de retrasar la decisión: "Es un alivio que nos recuerda a todos la sensación de un claro cielo de otoño", declaró.