Dolores Cortés exhibió ayer sobre la Pasarela del Carmen su colección de prendas de baño para la temporada de primavera-verano del 2007.

La diseñadora de Vila-real mostró una tendencia poética que refleja la feminidad sensual y radical de una mujer satisfecha de serlo, mediante pequeñas prendas de colores intensos y materiales extremos. También cobran protagonismo en el trabajo de Dolores Cortés las piezas únicas de baño, con slips amplios y formas bandeau. La seducción marca la pauta de la colección, con juegos de texturas, luces y sombras con reflejos metálicos y brillos satinados.

En la misma línea, el diseñador venezolano Hanníbal Laguna convirtió la pasarela en un escenario para proponer un ambiente de seducción moldeado por suaves gasas, bordados de cristales y los colores propios de la noche. Laguna presentó piezas con sofisticados matices, una línea nocturna con delicados perfiles y una gran variedad de texturas. Los colores predominantes son el plata, el negro y el azul, que se combinan para crear un efecto glasé y dar protagonismo al tono sobre tono.

En una línea completamente diferente, la diseñadora Ana María, apuesta por la luz del mar Mediterráneo y el esplendor de la cultura de las islas griegas, donde el folclore y la historia antigua conviven con la civilización contemporánea.

Por su parte, Martín Pérez Ripoll presentó una colección basada en el funcionalismo formada por piezas intercambiables de líneas suaves y ondulantes, que surgen del trabajo continuado y de la experiencia de la marca.

Por su parte, la diseñadora Tonuca explora el interior y mostró la represión de las emociones atemorizadas por una conducta socialmente aceptable.

Por último, Jaime Piquer propone una revisión de la moda de principios del siglo XX, años en los que desaparecieron los corsés, así como los vestidos largos hasta el suelo y la rigidez.