Los 165 inmigrantes asiáticos que viajaban en un pesquero que la Guardia Civil obligó a atracar en Tenerife el jueves por la tarde recibirán un billete de avión de vuelta a casa en cuanto se confirme que son ciudadanos de Pakistán. La vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, aseguró ayer que los trámites diplomáticos ya están en marcha. El barco Al-mari es la tercera embarcación que llega a las costas españolas con un gran grupo de inmigrantes asiáticos a bordo.

Estos grandes navíos no suelen tener como destino España, sino que viajan desde las costas africanas hasta Italia, Grecia y Turquía. El Al-mari fue forzado a atracar cuando las autoridades españolas inspeccionaron el buque, que tenía una vía de agua, y hallaron 18 personas con problemas de salud. De los 18 enfermos, uno sigue ingresado y cinco miembros de la tripulación están en la comisaría Sur de Tenerife. El resto del pasaje y la tripulación, de origen africano, pasaron la mañana en la cubierta del barco hasta que bajaron para comer en el puerto.

En pleno debate político sobre la política de inmigración, el Ejecutivo ha actuado con rapidez en el caso del Al-mari. El barco fue avistado el jueves por la tarde, fue remolcado hasta el puerto de Santa Cruz de Tenerife durante la madrugada del viernes y horas después echaba a andar la maquinaria diplomática para repatriar a los pasajeros. La intención del Ejecutivo es que los ciudadanos paquistanís viajen entre ayer y hoy a su país.

Son varias las rutas que los inmigrantes asiáticos utilizan para llegar a Europa. El perfil de los pasajeros del Al-mari coincide con el de otros grupos de ciudadanos de Pakistán que pagan centenares de dólares para conseguir un visado y un billete de avión hacia Senegal. Desde allí esperan a embarcarse con rumbo a Italia, Grecia y Turquía.

DETENIDOS Según publicaba ayer El País, un numeroso grupo de paquistanís que llegó por esta vía están ahora detenidos cerca de la capital senegalesa, Dakar.

El delegado del Gobierno en Canarias, José Segura, se mostró confiado en que "el proceso culmine bien, de modo que se haga compatible la atención a los inmigrantes y su devolución, a ser posible mañana (por hoy)".

El ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, considera que parte del problema es que Europa no se toma tan en serio sus aguas como lo hace con sus fronteras terrestres y aéreas. "No existe el concepto de fronteras marítimas en las normativas de la UE", lamentó tras la reunirse con su homólogo finlandés.

En la próxima reunión de ministros de Interior que se celebrará en Finlandia el 21, se debatirá la posibilidad de realizar más operaciones conjuntas para controlar fronteras exteriores marítimas de la inmigración.