Tan solo unas horas después de haber sido dado de alta en la clínica de rehabilitación del norte de Londres donde estaba ingresado para desintoxicarse, el polémico guitarrista y cantante Pete Doherty se corrió una juerga el lunes acompañado de su novia, la modelo Kate Moss.

El espectáculo lo dieron en Irlanda, adonde el músico y la modelo viajaron juntos para iniciar la gira que tiene programada la banda de Doherty, Babyshambles. Él, de 27 años, volvió a lucir la misma facha que en otras ocasiones: lucía un ojo hinchado y morado, la camisa desabrochada y un combinado en la mano que le quedaba libre para fumar.

Porque con la otra se aferró a la guitarra durante la hora y cuarto que duró el concierto. Moss, de 32 años, estaba feliz de ver de nuevo a su chico actuar tras la rehabilitación. No le quitó ojo. Sus miradas eran de éxtasis. Tanto es así, que por unos momentos olvidó su condición de supermodelo y, cansada de tararear entre bambalinas, dejó su copa y también se subió al escenario. Fueron solo unos minutos, pero poder oír sus gorgoritos fue un detalle que no olvidarán los asistentes al recital.

Este concierto a dúo no hace si no ratificar lo unida que está la pareja, de la que la prensa ha mencionado la posibilidad de que contraigan matrimonio. Otra prueba más es que, desde que a mediados de agosto el cantante ingresara en la clínica londinense The Priory, por su adicción a la heroína y al crack, Moss le ha visitado regularmente. Y es que fue ella quien le instó a dejar los tóxicos.

Parece que todo va viento en popa para ambos. Ella, que ha ganado este año 45 millones de euros, según el Daily Mail, acaba de firmar un contrato con Philip Green para diseñar su colección de vestidos para la cadena Topshop. Y Babyshambles sacará el 30 de octubre nuevo disco.