BENEDICTO XVI está preparando un documento sobre la misa tridentina, celebrada en latín, restringida por el Concilio Vaticano II, que puede suponer la vuelta a la Iglesia católica de los lefrebvianos, según fuentes vaticanas. La misa en latín, nunca oficialmente suspendida, fue cayendo en desuso y Juan Pablo II en 1982 introdujo que para oficiarla se debían recoger firmas y pedir el permiso al obispo.