Las francesas se han revelado como las campeonas de la natalidad en Europa. Gracias a una generosa política de subvenciones para incentivar la procreación, la tasa de dos hijos por cada mujer ha sido alcanzada en el 2006 según los datos del Instituto Nacional de Estadística (Insee).

La explosión de nacimientos registrada durante el pasado año ha logrado que, por primera vez en los últimos 30 años, Francia esté prácticamente en condiciones de garantizar la renovación de generaciones.

En el 2006 se produjeron 830.000 nacimientos, un 2,9% más que el año anterior, por lo que se sitúa en el nivel de 1981. Con 63,4 millones de habitantes, la vitalidad demográfica observada en los últimos años convierte a los franceses en una excepción europea en relación a la mayoría de los países industrializados, que registró en el 2005 una media de 1,52 hijos por mujer. La renovación generacional se considera asegurada a partir de una media de 2,07 hijos.

Otra excepción francesa: la inmigración no contribuye más que a una cuarta parte del crecimiento demográfico cuando en el conjunto de la Unión Europea representa el 80%.