El Salón Internacional de Inventos de Ginebra, uno de los más prestigiosos del mundo, abrió ayer sus puertas con una treintena de proyectos españoles que buscan mejorar la salud y la seguridad de las personas y la eficacia energética.

Uno de ellos es un revolucionario sistema de anclaje para las farolas y otro tipo de alumbrado público que reduce la gravedad de las heridas en las personas en caso de una colisión con un vehículo. El invento, diseñado por la empresa Inelsa, consta de una pieza que se coloca debajo en los hierros que sujetan la farola al suelo y que permite que, en caso de colisión, la farola se desprenda con más facilidad.

Con ello se puede reducir a más de la mitad la deceleración que sufren los ocupantes del vehículo y, por tanto, reducir notablemente las muertes en ese tipo de accidentes, explicó Rafael Domínguez Piñeiro, directivo de esa empresa, que lo producirá.

En cuanto a salud, destaca un sistema portátil de refrigeración que se coloca en cualquier asiento y que, a través de un aparato que capta el aire ambiental, refrigera espalda y piernas para evitar que se acumule el calor del cuerpo. "No hay sensación de frío ni de mucho calor, ya que se puede corregir la temperatura siempre", precisó su inventor, José Antonio García Díaz. El sistema no solo evita el calor, sino que ofrece un gran confort, "evita malas posturas y, por tanto, previene lesiones", agregó.

Otra de las aportaciones españolas a la feria de Ginebra, considerada la más importante del mundo en este ámbito, es un revolucionario sistema de captación de la energía solar cuya particularidad es que sigue la trayectoria del astro con el fin de aprovechar al máximo esa potente fuente natural de calor.

También hay un novedoso sistema de tapa giratoria para las bebidas en lata, que permite ser consumidas dentro de los coches sin riesgo de derrames. Su inventor es Enrique Stuyck Roma

EL OCIO Entre la representación española también hay interesantes propuestas para el ocio, como un novedoso tablero de ajedrez y de damas con varios módulos que ofrece la posibilidad de jugar con un número ilimitado de personas e incluso jugar en equipo. Su inventor, Ramón Galindo, explicó que el tablero ha recibido la aprobación de la Federación Internacional de Ajedrez, por lo que se puede utilizar en competiciones.

Entre los más de mil inventos de más de 700 exhibidores procedentes de 42 países distintos que se pueden ver en el salón, destacan, por su espectacularidad, las alas autopropulsadas creadas por el suizo Yves Rossy, conocido como Fushionman.