El cáncer todavía da miedo pero ya no es lo que era. El último estudio sobre supervivencia a tumores en Europa, divulgado por The Lancet Oncology, revela que, como media, el 55% de los pacientes españoles (el 48% de los hombres y el 62% de las mujeres) sobreviven más de cinco años, con calidad de vida cada vez mejor. El dato certifica un aumento de curaciones del 5% respecto al 2005. Aunque la supervivencia en algunos tumores (páncreas, pulmón) no supera el 10%, en otros (testículos, linfomas y melanomas) llega al 90%.

Las cifras confirman que se ha pasado la barrera psicológica de que uno de cada dos enfermos se cure. Esto se ha conseguido con pequeños avances en la prevención, el diagnóstico precoz y los tratamientos cada vez más selectivos e individualizados. "El efecto de los avances médicos y de los medicamentos, desarrollados en los últimos cinco años, se verá en la mejora de los índices de supervivencia en el futuro", defendió el presidente electo de la Sociedad Española de Oncología Médica, Ramón Colomer.

Los nuevos fármacos no atacan ya a diestro y siniestro, sin distinguir las células sanas de las enfermas, como hace la quimioterapia convencional, sino que actúan selectivamente sobre moléculas específicas del tumor (dianas moleculares).

El estudio, realizado en 23 países con datos de 2,7 millones de personas diagnosticadas de cáncer, confirma la excelencia de la oncología española. La supervivencia de los pacientes tratados en España es superada por Noruega, Finlandia, Suiza y Alemania, pero rebasa a países como Reino Unido y Dinamarca, que destinan más recursos. Italia, Portugal y estados de Europa del Este presentan peores tasas.

MENOS RECAÍDAS Las principales mejorías en supervivencia al cáncer en Europa, según el coordinador del informe, Arduino Vedecchia, del Instituto Superior de Sanidad de Roma, se han registrado en tumores frecuentes como colorrectales, mama, próstata, tiroides y linfomas. Se estima que los tratamientos complementarios a la cirugía han disminuido las recaídas.

La Fundación Instituto Nacional del Tumores de Milán calcula que si todos los países europeos alcanzasen la tasa de curación de los países nórdicos, se evitarían el 12% de muertes, más de 150.000 cada año.