Benedicto XVI recibió ayer a los participantes en la Congregación de los jesuitas, acompañados por su nuevo superior, el español Adolfo Nicolás, y les pidió "obediencia" al Papa y "fidelidad a la doctrina en su integridad".

El Pontífice recordó a los jesuitas que el cuarto de sus votos de obediencia es al "sucesor de Pedro", lo que comporta "amar y servir al vicario de Cristo en la tierra con devoción efectiva y afectiva". El Papa instó a los jesuitas a estar "atentos" para que sus "obras e instituciones conserven siempre una clara y explícita identidad" y que el objetivo de su actividad apostólica "no sea ambiguo u oscuro".

Invitó a la Compañía de Jesús a tratar temas como "la salvación de todos los hombres en Cristo, la moral sexual, el matrimonio y la familia (...) en el contexto de la realidad contemporánea", pero "conservando la sintonía con el magisterio que evita provocar confusión y desconcierto en el Pueblo de Dios".

Por otra parte, el Pontífice animó a los jesuitas a "continuar y a renovar" su labor entre los pobres, pero, señaló, esta "no es una misión ideológica".