El Congreso de los Diputados fijó ayer la fecha del funeral de la bombilla clásica: dentro de tres años. Y es que el 90% de la energía que consume la bombilla se malgasta en calentarla. Cuando las distintas administraciones se vuelcan en declarar que hacen todo lo posible para combatir el cambio climático, parece coherente que, existiendo las luces de bajo consumo, se destierren para siempre las bombillas clásicas, incandescentes.

Así que en el 2011, si la medida se cumple, serán historia. La conveniencia de esta medida fue tomada por unanimidad por la Comisión de Medio Ambiente. El grupo parlamentario de CiU, que llevó la propuesta al Congreso, explicó que hay en España 350 millones de bombillas clásicas, si se sustituyeran por otras de bajo consumo, se consumiría un 3% de electricidad menos, que equivale a 6,5 millones de toneladas de dióxido de carbono al año.