El aristócrata Mark Sykes participó activamente en la primera guerra mundial. En el año 1916, firmó con Charles François Georges-Picot el secreto Tratado de Sykes-Picot, con el que Gran Bretaña y Francia se repartirían Oriente Medio una vez concluida la guerra.

Noventa años después, la ciencia vuelve a traer el cuerpo de Sykes a la luz para intentar comprobar la tesis de los científicos londineses.