El número de usuarios de las bibliotecas públicas creció de forma llamativa en los últimos años, al pasar de los 6,4 millones que había en 2001 a los casi diez de 2005, un período en el que las visitas recibidas por estos centros aumentaron desde los 57,2 millones del primer año a los 83 del segundo.

Estos son algunos de los datos que figuran en el libro "Las bibliotecas públicas en España. Dinámicas 2001-2005", realizado por la Fundación Germán Sánchez Ruipérez y presentado hoy en la sede del Ministerio de Cultura por el titular de este departamento, César Antonio Molina; el vicepresidente ejecutivo de la Fundación, Antonio Basanta, y el presidente de CEDRO, Juan Moyá.

El estudio, que, como dijo Basanta, nace "con cierto carácter de exhaustividad", demuestra una evolución positiva "en todos los parámetros" y refleja el crecimiento "realmente destacado" que ha experimentado el número de bibliotecas públicas en España (de 3.871 en 2001 se ha pasado a 4.752 en 2005), si bien ese esfuerzo está "muy concentrado en algunas comunidades autónomas", en especial en Castilla-La Mancha y en Extremadura.

En los años analizados las colecciones que ofrecen las bibliotecas públicas han aumentado también de forma significativa, ya que en 2005 había 54,3 millones de documentos (el 90,5 por ciento son libros) disponibles, frente a los 39,5 millones de 2001.

Gracias a este último incremento, siete comunidades autónomas (Navarra, Extremadura, Castilla-La Mancha, Castilla y León, País Vasco, Asturias y Baleares) alcanzaban en 2005 los índices recomendados por IFLA/UNESCO de 1,5 a 2,5 libros por habitante.

Los préstamos realizados por las bibliotecas han experimentado "un gran incremento", al pasar de los 31,7 millones de documentos de 2001 a los 49,4 millones de 2005. En este último año, las bibliotecas prestaron 28,1 millones de libros y casi veinte millones de otro tipo de documentos, entre ellos los electrónicos, sonoros y audiovisuales.

Los gastos corrientes de las bibliotecas públicas en España ascendieron en 2005 a 314,9 millones de euros (141,2 millones más que en 2001), lo que supuso una asignación media de 7,52 euros por habitante.

Por encima de la media en el gasto por habitante se situaron las comunidades de Castilla-La Mancha (12,42 euros), País Vasco (12,23), Extremadura (9,98), Cataluña (9,66), Navarra (9,30), Castilla y León (9,15), Madrid (8,72), La Rioja (7,96) y Asturias (7,82). La que menos gastó por habitante en 2005 fue Canarias, con 3,67 euros.

Si en décadas anteriores los usuarios de las bibliotecas públicas eran sobre todo niños, esa tendencia ha cambiado y, en 2005, el porcentaje de españoles mayores de catorce años que disponía de carné era del 21,5 por ciento, frente al 11,5 por ciento de 2001.

A su vez, en 2005 más de la mitad de los menores de catorce años eran socios de alguna biblioteca pública. Aunque estos datos reflejan la buena evolución de estas instituciones en España, Basanta dijo que también hay "sombras": más de la tercera parte de los puntos bibliotecarios tienen menos de cien metros cuadrados y casi la mitad de los centros existentes "no sobrepasa las veinte horas de apertura semanal".

También es preocupante que en el 40 por ciento de las bibliotecas públicas de los municipios con más de 5.000 habitantes no haya personal técnico cualificado.

Basanta confió en que los datos recogidos en este estudio continúen mejorando ya que, de ser así, los correspondientes al período 2005-2010 establecerán "un cambio decisivo".

En este sentido, el ministro de Cultura señaló que, desde 2005, "se observa ya una notable mejora" en las bibliotecas públicas españolas, resultado de "una progresiva adaptación" de estas instituciones "al entorno tecnológico, a las nuevas demandas y a las diferentes tipologías de usuarios". Basanta subrayó además el esfuerzo realizado por algunas comunidades autónomas para mejorar sus bibliotecas y animó a las restantes a que "reaccionen". Los ciudadanos responden "de manera inmediata y entusiasta" a la oferta de calidad.