La vida es efímera a veces.

Que destroza el corazón.

Deja llagas en el alma.

Escritas para la eternidad.

Tú, Carlos, has dejado las dos.

De tu corta existencia, la primera.

La segunda, el recuerdo.

Tus sueños aún existen.

Los has dejado para nosotros.

Allá donde te encuentres.

Haz que los mismos nos lleguen.

Y te los haremos realidad.

José Emilio Peris