MES Y MEDIO después de que levantase la excomunión que pesaba sobre cuatro obispos lefebvristas, el Papa ha reconocido dos fallos en la forma en que se gestó y motivó una medida que ha originado la mayor crisis de credibilidad en los cuatro años que lleva ocupando la silla de Pedro. La primera equivocación, admite Benedicto XVI, reside en que la Santa Sede no conocía las judeofóbicas palabras de Williamson. El segundo fallo tiene que ver con la tan criticada política mediática vaticana: el Papa alemán reconoce que las revocaciones de las excomuniones "no fueron clara y suficientemente ilustradas".