OPCIÓN LEGAL. Desde el 2006, la ley española de reproducción humana asistida permite que una pareja que sabe que ambos son portadores de una enfermedad genética hereditaria y que desea tener un hijo pueda recurrir a un proceso de fecundación artificial en el que, después de generarse embriones suyos en probeta, se diagnosticarán y eliminarán los que reproducen el fallo genético. Gracias a este diagnóstico, ya han nacido en España ocho niños libres del fallo de sus progenitores.

TRAS UN PRIMER HIJO. Pero los padres no siempre saben de qué enfermedades genéticas son portadores. Como les ocurrió a los papás de Javier, toman conciencia una vez han tenido un primer hijo enfermo. La ley prevé esta situación y autoriza que se engendre un segundo hijo con embriones que, no solo estarán libres de la dolencia genética que transmiten los padres, sino que tendrá un perfil histocompatible con el de su hermano enfermo.

CORDÓN UMBILICAL. Esa compatibilidad genética es beneficiosa para ambos pequeños. Para ayudar a su hermano, el segundo bebé puede limitarse a proporcionar su cordón umbilical, ya que la sangre dispone de los precursores hematopoiéticos que reiniciarán la producción sanguínea del enfermo.

MÉDULA. Si la sangre del cordón umbilical no es suficiente para sanar al niño enfermo, existe un último recurso: llevar a cabo un trasplante de médula ósea de un hermano a otro.