La Policía Nacional recuperó ayer de una alcantarilla un objeto punzante con el que el principal inculpado en el asesinato de Marta del Castillo, Miguel C.D., declaró haberla amenazado durante un intento de violación, de modo que el móvil sexual es, desde ayer, el nuevo elemento que manejan los investigadores del caso. Así se desprende de la nueva versión en la que el principal acusado inculpó al menor de edad Javier G.M. el Cuco y exculpó a su amigo Samuel B.P.

Según fuentes del caso, la existencia del objeto punzante surgió el martes en el careo mantenido ante el juez por el hasta ahora asesino confeso, Miguel C.D., y su amigo Javier G.M., de 15 años, encerrado en un centro de menores por haberle ayudado a deshacerse del cuerpo. Una vez concluida la segunda reconstrucción de los hechos en la vivienda de Miguel, pasadas las 21.00 horas del martes, el principal acusado pidió realizar al juez una "declaración complementaria" sobre lo sucedido.

PUNTO DE VISTA Entonces contó que la noche del 24 de enero se encontraba bajo los efectos de las drogas y que él y su amigo Javier G.M. intentaron abusar sexualmente de Marta, la golpearon y la amenazaron con un objeto punzante, que tiraron a una alcantarilla. Posteriormente, fue Javier quien acabó con la vida de Marta estrangulándola en el salón de la vivienda, y no Miguel de un golpe con un cenicero en la cabeza y en el dormitorio, como declararon inicialmente. La policía registró ayer las alcantarillas situadas frente a la vivienda de Miguel, donde encontrado dicho objeto punzante, que ahora va a analizar en busca de restos biológicos de la víctima o de los acusados. Según la nueva versión de Miguel, su amigo Samuel B.P., de 19 años, al que hasta ahora señalaba como cómplice, no participó en la ocultación del cuerpo la noche del crimen y no se enteró de la muerte de Marta hasta días posteriores.

Tras la muerte de Marta, según la nueva declaración de Miguel, entre él y Javier arrojaron el cuerpo a un contenedor de basura de su calle, y no al Guadalquivir como sostuvieron hasta el martes, lo que mantuvo durante más de un mes a más de doscientas personas movilizadas para localizar el cuerpo en el río.

Fuentes de la investigación han señalado que los dos careos celebrados ayer entre estos tres acusados y la reconstrucción de los hechos no han ayudado a clarificar lo sucedido y la única conclusión es que todos están interesados en ocultar lo realmente sucedido porque fue "algo truculento". Los investigadores resaltan el interés en impedir el hallazgo del cuerpo, que contrasta con el hecho de que un 95% de los asesinos confesos revelan el paradero de su víctima.

El delegado del Gobierno en Andalucía, Juan José López Garzón, precisó ayer que "el único sitio" donde tienen "orden de buscar" el cuerpo de la joven es el centro de tratamiento de residuos Montemarta, de Alcalá de Guadaíra, a donde se lleva la basura de la capital andaluza. López apuntó que tras la orden del juez de trabajar únicamente en este lugar, la tarea va a ser "ciertamente compleja", pues en el vertedero "habrá que mover del orden de 40.000 a 45.000 toneladas de basura", dijo.