Algunos de los ríos más caudalosos del mundo, incluidos el Ganges, el Níger, el Congo y el Huang-ho, han reducido de forma considerable su caudal en los últimos 50 años debido a los usos intensivos del agua, como la construcción de diques, los regadíos y otros aprovechamientos humanos, pero cada vez más por factores vinculados al cambio climático, como un aumento de la evaporación y un descenso de las lluvias regionales. Esto es lo que sostiene un detallado análisis del Centro de Investigación Atmosférica de EEUU (NCAR), que se publica esta semana en el Journal of Climate de la sociedad meteorológica norteamericana. Aunque no se trata de una tendencia común a todo el planeta, los autores del trabajo advierten de que algunos de los ríos más afectados abastecen justamente áreas muy pobladas o con un gran crecimiento demográfico.

Los investigadores consultaron --o modelizó, si no había datos suficientes-- los registros del caudal de 925 grandes ríos entre 1948 y el 2004, responsables al 75% de las escorrentías mundiales. De los 200 mayores, halló cambios significativos en un tercio, aunque eran más del doble los que perdían caudal de forma significativa (45) que los que lo ganaban (19). Por significativo, el estudio entiende una variación del 5% en todo el periodo.

Todos los océanos mantienen la misma pauta, aunque con variaciones importantes. El agua dulce que los ríos vierten al Pacífico se ha reducido en un 6%. Un ejemplo negativo es el del Columbia, cuyo caudal es ahora un 14% inferior al de 1948 debido en gran parte a una reducción en las precipitaciones y un aumento en el consumo de agua en EEUU. También han perdido agua el Amur y el Mekong, ambos en Asia. En el Atlántico el balance es ligeramente negativo, puesto que los grandes aumentos del Paraná y el Misisipí se compensan con el espectacular retroceso del Congo y el Níger y, en menor medida, del Amazonas. El Ebro figura en el mapa con una ligera disminución.