Las temperaturas siguen subiendo en Alemania, pero el caos en los medios de transporte no disminuye. A la nieve se sumaron ayer el granizo y el hielo, que afectaron a carreteras y aeropuertos. El de Berlín cerró más de una hora, y parte de su tráfico fue trasladado al otro aeródromo de la capital, donde hubo retrasos. El aeropuerto de Fráncfort también sufrió problemas, con unos 200 vuelos cancelados. En Italia, los aeropuertos de Milán, Génova y Verona permanecieron cerrados varias horas. En Venecia, el acqua alta inundó ayer el 15% de las zonas peatonales.