El escándalo de los sacerdotes que abusaron de menores en la diócesis de Dublín durante tres décadas sin que sus superiores jerárquicos les delataran acaba de cobrarse las dimisiones de otros dos obispos irlandeses. Con ellos ya son cuatro los prelados que han renunciado, tras haber sido acusados de "estar más preocupados por salvar la reputación de la Iglesia", ocultando lo sucedido, que de "proteger a las víctimas de los abusos". Un informe judicial hecho público en noviembre citaba a cinco obispos como responsables. De ellos, solo el obispo de Galway, Martin Drennan, se aferra todavía al cargo.