El príncipe Guillermo de Inglaterra cumple hoy 28 años y piensa celebrarlo con su novia, Kate Middelton, a la que cada vez está más unido. Los rumores de un próximo enlace han vuelto a sonar en los últimos días después de que Kate haya decidido trasladarse a Anglesey, una zona del norte de Gales donde el príncipe recibe instrucción en la base de la Royal Air Force. Waity Katie (Katie, la que espera), como la apoda la prensa británica por haberse convertido en la novia eterna del heredero, ha dejado su trabajo en la empresa familiar de distribución de accesorios para fiestas por internet, Party Pieces, para poder estar más cerca del príncipe. Guillermo está siguiendo un curso de formación de tres años como piloto en misiones de búsqueda y rescate, y quiere compartir sus ratos libres con la mujer que tiene muchos números de ser su esposa.

INCIDENTE EN EL MUNDIAL La aparente estabilidad sentimental de Guillermo contrasta con las tempestuosas relaciones de su hermano Enrique con Chelsy Davy. Todo parece indicar que tras una sonada bronca después de pasar juntos dos semanas de vacaciones en Zambia, donde vive la familia de ella, han decidido separarse. Chelsy se ha licenciado como abogada en Inglaterra, pero piensa volver a Suráfrica para ejercer su carrera e instalarse. Enrique sigue enrolado en el ejército y ni su trabajo, ni su reputación de playboy, ni la climatología de las islas británicas convencen a Chelsy, que nació en Zimbabwe. La separación no parece haber afectado a la joven, fotografiada hace pocos días en las carreras de caballos de Ascot.

Ambos hermanos estuvieron la semana pasada viendo la selección inglesa de fútbol en el Mundial. Y el sábado, Guillermo se culpó del incidente provocado por un aficionado que se coló en el vestuario inglés al término del partido contra Argelia, justo después de la visita real a los jugadores. "Fue culpa nuestra. Nos dejamos la puerta abierta".