El español es un veraneante conservador, al que la crisis ha vuelto aún más prudente. Vigila el presupuesto –este año gastará una media de 1.879 euros por familia–, opta por quedarse en su país y prima el descanso y el encuentro con los seres queridos frente a otros incentivos como la aventura y las actividades culturales. Eso no le hace alérgico a las nuevas tecnologías. Realiza sus reservas por internet, le gusta ir por su cuenta, viaja con las compañías de bajo coste y cada vez tiende más a planificar su ocio veraniego. Pese a las estrecheces, prefiere acortar las vacaciones antes que ir de cámping.

Este es el retrato robot del veraneante ibérico que dibuja el barómetro sobre el comportamiento de los europeos en vacaciones, elaborado por la agencia Ipsos con encuestas realizadas a 3.500 ciudadanos en Francia, Alemania, Gran Bretaña, España, Italia, Bélgica y Austria. Aunque en la cola del gasto de los europeos (la media es de 2.083 euros por familia), los españoles destinan 220 euros más que en el 2009 al paréntesis estival. Los alemanes, en cambio, han decidido estrecharse el cinturón e invertirán 1.956 euros por familia, 195 euros menos que el verano pasado. Germanos y franceses mantienen al alza una tendencia favorecida por la crisis, el turismo patriótico, que penaliza sobre todo a España.

Parte de la pérdida de veraneantes extranjeros será compensada por el turismo nacional. Casi el 60% de los españoles han elegido su país como destino, porcentaje solo superado por los italianos (66%) y bastante por encima de la media de los países sondeados, que es del 48%. Y mientras en Europa el clima es el factor principal después del presupuesto a la hora de elegir destino, al sur de los Pirineos el bolsillo sigue ocupando el primer lugar.

El estudio refleja que el español aún no es tan previsor como el alemán, que planifica las vacaciones casi con un año de antelación, pero se le acerca. Si la improvisación ibérica ha pasado a mejor vida se debe a la necesidad de obtener las mejores tarifas a través de internet, especialmente en las compañías de low cost. Si en el 2008 el 36% de los españoles utilizaba internet, en el 2010 el porcentaje alcanza el 45%, un poco por detrás de la media de Europa occidental, donde una de cada dos familias ya utiliza únicamente este sistema para sus vacaciones. Cada vez menos españoles recurren a los paquetes de las agencias de viajes (25%) y una gran mayoría (71%) declaran ir por libre, es decir, organizan las vacaciones por su cuenta. H