La sede de la Conferencia Episcopal Española (CEE) acogió ayer un ensayo general de la futura reacción de la Iglesia católica cuando el Gobierno aprueba la tantas veces aparcada ley de libertad religiosa, que limitará la presencia de símbolos religiosos, en especial el crucifijo, en todos los ámbitos públicos. Los obispos lo interpretarán como una auténtica “persecución religiosa”, un “suicidio cultural” que pondrá de manifiesto que el Estado ha pasado de la “laicididad sana” a la promoción del “agnosticismo” o incluso del “ateísmo”.

Son palabras del portavoz de los prelados, Juan Antonio Martínez Camino, pronunciadas tras la clausura de la comisión permanente del episcopado, en la que se aprobó un documento ante el fallo judicial que más inquieta a la jerarquía eclesiástica europea: el recurso del Estado italiano por el denominado caso Lautsi. En noviembre del 2009, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos sentenció que la presencia de cruces en las aulas escolares eran “una violación del derecho de los padres a educar a sus hijos según sus convicciones” y “una violación de la libertad religiosa de los alumnos”. La resolución definitiva está al caer. Se prevé que la corte europea la haga pública el próximo día 30. “Prohibir el crucifijo es ir en contra del crucifico –sostuvo Martínez Camino–. Eliminar símbolos es segar la hierba bajo los pies de nuestros valores”.

“Las sociedades de tradición cristiana no deberían oponerse a la exposición pública de sus símbolos religiosos (reza el documento aprobado ayer por la CEE). En particular, en los lugares en los que se educa a los niños. De lo contrario, estas sociedades difícilmente podrán llegar a transmitir a las generaciones futuras su propia identidad y valores. Se convertirían en sociedades contradictorias que rechazan la herencia espiritual y cultural en la que hunden sus raíces. Ponerse en contra de los símbolos de los valores que modelan la cultura de un pueblo es dejarle indefenso ante otras ofertas culturales, no siempre benéficas, y cegar las fuentes básicas de la ética”. H