Como ocurre cada vez que se abre un debate acerca de la velocidad en las carreteras, la decisión de prorrogar los 110 kilómetros por hora en las autopistas y autovías este verano generó ayer un alud de reacciones a favor y en contra al ser preguntados por este diario. Las asociaciones de automovilistas, que ya se opusieron en su día a esta medida, volvieron a reprochar al Gobierno la inconsistencia a la hora de relacionar el ahorro energético con el descenso en la aguja del cuentakilómetros. Mientras, las asociaciones de víctimas de accidentes de tráfico aplaudieron que se mantenga el límite.

El Consejo de Ministros de mañana, salvo decisión inesperada de última hora, aprobará la prórroga, ya que el plazo se agotaba el 30 de junio. El principal argumento que esgrimirán es la reducción del gasto de combustible, aunque el descenso tanto del número de víctimas como de las multas por infracciones de velocidad también avalarán la prolongación de esa medida. “La reducción del consumo de combustible no es por el ahorro que se produce al ir a 110 kilómetros por hora sino porque la gente se ha movido menos y no ha puesto tanta gasolina”, sostiene el director general de Abertis Autopistas, Josep Lluís Giménez. Los conductores han optado por ir por vías gratuitas (la crisis también ayuda) porque no ganaban tiempo de viaje ya que en ambas circulaban a la misma velocidad.

El responsable de la concesionaria coincide con el director de seguridad vial del Real Automóvil Club de España (RACE), Tomás Santa Cecilia, en que existen sistemas que permiten implantar una velocidad variable en función de las características de la carretera, las inclemencias meteorológicas y la congestión del tráfico. “No se pueden sacar conclusiones simplistas en asuntos como la contaminación o el consumo de combustible”, se queja Santa Cecilia.

A la espera de descubrir si el Gobierno revela algún dato desconocido, las cifras que barajaban todavía ayer en el Ministerio de Industria eran que la medida de los 110 km/h ahorra 100 millones de euros al mes en importaciones. Eso es incontestable. Las dudas, coinciden los expertos, surgen cuando se pregunta a qué se atribuye esa reducción. H