La puesta en marcha de la tienda virtual Amazon.es en España es un temblor sordo que no deja de resonar desde el año pasado y que amenaza con transtornar el ecosistema de las librerías y de las cadenas que distribuyen otros productos de ocio. Los directivos de la multinacional se han reunido en los últimos días con editores y distribuidores para cerrar acuerdos y empezar de forma inmediata el suministro de sus fondos editoriales, con el objetivo de estar plenamente en funcionamiento, con la venta de libros, discos, películas y productos electrónicos a domicilio, en la próxima campaña de Navidad. Cuándo será el arranque dependerá de la logística: septiembre casi imposible, octubre justo, noviembre ya seguro. A diferencia de EEUU, donde Amazon se ha convertido en una tienda de compra y entrega a domicilio de casi cualquier producto imaginable (incluso en Francia ya ha incorporado ropa, calzado y productos de higiene), en España Amazon empieza como lo hizo en sus orígenes, primando el libro y el resto de oferta de ocio. Y aunque sus directivos han dejado claro que no están de acuerdo con la legislación que establece un precio fijo para el libro (es decir, que deja en manos de los editores decidir a qué precio se venden sus productos, y no de los vendedores, que solo pueden aplicar un descuento del 5%), han asegurado que la cumplirán. La estrategia en España pasa por ofrecer condiciones muy favorables en el reparto a domicilio, con una entrega garantizada en 48 horas a través de los servicios de mensajería de DHL.