Punto y final. El Ayuntamiento de Barcelona, tras agotar la vía del diálogo con los jóvenes que mantienen su acampada en la plaza de Catalunya, decidió ayer pasar a la acción al ver como el grupúsculo resistencial incumplía un acuerdo por el que ayer debían desmontar su acampada. La vía municipal es ahora la del desalojo. Es más, el conseller catalán de Interior, Felip Puig, se mostró favorable al desalojo. Algunas fuentes apuntaban que se produciría esta madrugada.

Y es que los que seguían con su acampada incumplieron el pacto alcanzado el martes con la Guardia Urbana. Un acuerdo que consistía en que los acampados desmontarían las carpas y tenderetes y, a cambio, el Ayuntamiento les facilitaría un módulo prefabricado para usarlo de punto de información en la plaza. Pero lo acordado el martes por la tarde y discutido en asamblea de madrugada, no fue acatado ayer por la mañana, cuando debían empezar a despejar la plaza.

A las diez y media de la mañana llegaron los camiones del servicio municipal de limpieza, para facilitar la recogida de trastos. Pero la situación fue esperpéntica: a penas unas decenas de jóvenes cargando solo basuras y algunos palos en los camiones, seguidos por los medios de comunicación. No faltaron las broncas internas, ya habituales en el grupo. H