Se terminaron las especulaciones sobre la vida disoluta del torero José Ortega Cano. El Instituto Nacional de Toxicología confirmó ayer que el diestro conducía bajo los efectos del alcohol cuando chocó contra otro vehículo hace un mes, causando la muerte del otro conductor. Es más, presentaba una tasa de alcohol en sangre de 1,26 gramos por litro, casi el triple de lo permitido (0,5) y levemente por encima de la cantidad tipificada como delito y, por tanto, susceptible de pena de cárcel.

El accidente se produjo el pasado 28 de mayo, cuando regresaba a Yerbabuena tras dejar a su hija en casa de unos amigos. Inicialmente, fuentes del caso descartaron el alcohol como causa del choque, y hablaban sobre un exceso de velocidad o un descuido por parte del torero, pero tanto la Fiscalía de Seguridad Vial como la familia de la víctima, personada en el caso, pidieron la práctica de la prueba de alcoholemia. Se escudaban en las llamadas recibidas a los servicios de emergencias la noche del accidente, alertando de que un vehículo con las características del de Otega Cano conducía de forma temeraria por la zona.

El juez instructor acabó ordenando que se realizara el análisis, que ahora da un giro a la investigación. No obstante, si se llega a juicio tendrá que decidir sobre su validez como prueba, dado que, tras la brutal colisión, el torero permaneció hasta dos horas atrapado entre los hierros de su coche mientras los bomberos trataban de rescatarlo.

El diestro perdió mucha sangre y los sanitarios primaron salvarle la vida, por lo que la muestra no se tomó en el lugar sino al llegar al hospital Virgen Macarena, y ese tiempo pudo alterar el resultado. El análisis concluye que en la sangre de Ortega Cano no había restos de ninguna otra sustancia tóxica o estupefaciente, mientras que el conductor fallecido, Carlos Parra, no había bebido alcohol.

Con estos datos en la mano, y a falta solo del informe técnico elaborado por el Departamento de Tráfico de la Guardia Civil, el despacho de abogados que representa a la familia de Parra estima que hay "elementos suficientes" para determinar una presunta conducción desordenada y anormal por parte del torero. Fuentes judiciales apuntan a que, al menos, el diestro podría ser acusado de delito contra la seguridad del tráfico, dado que el límite máximo legal para considerarlo infracción penal es de 1,20 gramos en sangre.

La familia del fallecido no ha querido pronunciarse sobre el asunto. Tampoco los familiares de Ortega Cano, que estudian ya con el abogado de este las posibles repercusiones y la cadena de custodia seguida por la muestra. Mientras, el diestro, que no ha sido informado de lo ocurrido, sigue con su recuperación. Ya le ha sido retirada la ventilación mecánica, se alimenta con normalidad y hace la rehabilitación, aunque no puede hablar a causa de una traqueotomía.