Más de 200.000 personas participan en la gran manifestación de los indignados de Roma, que recorre las calles que lindan el centro histórico, durante la que varios encapuchados vestidos de negro han incendiado tres coches, asaltado dos bancos y un cajero automático. Los violentos han forzado también las puertas cerradas de un supermercado, llevándose comida y bebidas, y han roto los parabrisas de varios vehículos aparcados. Altas columnas de humo se han levantado en la zona, mientras que los bomberos han empleado mucho tiempo en poder intervenir a causa de la multitud. La policía ha intervenido con el lanzamiento de gases lacrimógenos.

Los sucesos han provocado temores entre la inmensa multitud juvenil que desfilaba alegremente hacia el Coliseo y plaza san Juan de Letrán, pero también una inesperada reacción, que les ha llevado a encararse con los encapuchados, provocando altercados en plena calle. Varios militantes de los sindicatos de base Cobas han intervenido también para neutralizar a los encapuchados.

Casi 800 autocares procedentes de 80 provincias italianas habían empezado a llegar de toda Italia desde primeras horas de la mañana, así como decenas de trenes especiales, para una manifestación en la que no participa oficialmente ningún partido político. "Somos el 99%" y "Esta no es nuestra deuda" son algunas de las pancartas que enarbolan los manifestantes, algunos de los que llevan máscaras blancas en forma de calavera. Únicamente el sindicato de los metalúrgicos participa oficialmente en el acto. En la manifestación toman parte 160 asociaciones de todo el país.

Según el Ministerio de Interior, unos dos mil extremistas también han viajado supuestamente hacia Roma, lo que ha impuesto a las fuerzas del orden una mayor cautela y determinación. El plan de seguridad preparado "es flexible", según Interior, en el sentido que incluye la posibilidad de que se produzcan acciones de protesta aisladas. Este sábado en Milán habían sido "pintados" 10 bancos de la ciudad y en Roma los indignados se acercaron al Parlamento, donde tiraron huevos y hortalizas hacia la puerta. Dentro del Congreso, los diputados acababan de conceder un voto de confianza al Gobierno conservador de Silvio Berlusconi, voto que en el exterior fue acogido al grito de "¡Vergüenza! ¡Vergüenza"!".

Mario Draghi, presidente del Bankitalia y próximo presidente de la BCE, ha dicho esta mañana que "si los adultos ya estamos enfadados (por la crisis), ¡imagínense los jóvenes!", el 25% de los cuales se encuentran en paro en Italia. En el sur, los desempledos alcanzan el 32%.

Unos 5.000 manifestantes se han manifestado por el centro de Fráncfort en dirección a la sede del Banco Central Europeo (BCE), mientras en otras ciudades alemanas, como Berlín, y Múnich se registraron asimismo marchas multitudinarias secundando la jornada global de protesta contra el poder bancario. La marcha en la capital financiera de Alemania había sido convocada por el movimiento antiglobalización ATTAC, entre otros colectivos, y de acuerdo al modelo del movimiento de protesta de EEUU Occupy Wall Street. La marcha iba encabezada con pancartas con lemas como "Estáis especulando con nuestras vidas" y decenas de carteles con frases como "Estáis malversando nuestro futuro".

Mientras, en Berlín, otra columna similar de otros 5.000 manifestantes avanzó desde la Alexanderplatz hacia la Puerta de Brandeburgo, por la céntrica avenida Unter den Linden y con intención de concluir en una concentración ante la sede de la Cancilleria alemana hacia media tarde. Un poderoso contingente policial se desplegó por las inmediaciones de la Puerta de Brandeburgo y la vecina sede del Parlamento, el Reichstag, para impedir que los manifestantes se acercaran a esas dependencias institucionales. Otras marchas parecidas discurrieron asimismo por ciudades de todo el país como Colonia, Múnich, Hamburgo, Hannover y Stuttgart.

En torno a un millar de indignados han protestado en el centro de la City londinense, el centro financiero de Londres, en el marco de las protestas contra el sector financiero. Las marchas han discurrido entre la Catedral de Saint-Paul y la sede del mercado de valores de Londres, que han intentado asaltar. Un fuerte dispositivo policial se ha desplegado para evitarlo. Los convocantes protestan contra las medidas de austeridad del Gobierno británico. También se han visto pancartas del tipo "Goldman Sachs es la obra del diablo".

El fundador de Wikileaks, Julian Assange, ha participado este sábado por sorpresa en la manifestación por los convocantes del 15-O. Assange había llegado a la zona de la ptesta con la cara tapada y una máscara, pero la policía le ha obligado a quitársela, lo que ha desatado los gritos de la multitud.