"No tomaremos decisiones a lo loco". Con esta contundencia respondió ayer el ministro de Defensa, Pedro Morenés, cuando, al poco de llegar a la base Miguel de Cervantes en la localidad libanesa de Marjayún, los medios de comunicación le preguntaron si España se ha planteado reducir el número de militares destinados en aquel país.

En lo que se interpretó como una crítica velada a las polémicas retiradas de Irak y Kosovo, Morenés pidió "rigor y responsabilidad" a la hora de abordar un asunto "tan trascendente". España aporta 1.076 de los 12.500 cascos azules que actualmente hay desplegados en el Líbano, cifra que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sopesa reducir en un breve plazo.

Antes de viajar a Marjayún, el titular de Defensa se entrevistó en Beirut con el primer ministro libanés, Najib Mikati, quien expresó su deseo de que Mariano Rajoy visite próximamente el país.