El que siembra vientos, cosecha tempestades. No es mal proverbio para describir el destino que se abatió el viernes sobre Francesco Schettino, el capitán del naufragado crucero Costa Concordia, a quien la naviera Costa Crociere suspendió ayer de sus funciones, lo que se considera un paso previo a su despido. El abogado de la compañía Marco de Luca también explicó que la empresa no se hará cargo de su defensa.

Ayer trascendieron dos nuevos vientos sembrados por el capitán la noche maldita. En primer lugar se supo que en el diario de a bordo del comandante de la guardia costera Gregorio De Falco, célebre por la conversación que mantuvo con Schettino cuando este había abandonado la nave en plena evacuación, en la que le ordena “¡suba a la nave!”, consta que la primera persona en dar la alarma no fue un miembro de la tripulación sino una pasajera con una llamada telefónica.

En segundo lugar, se hizo público el primer diálogo entre un guardacostas y el crucero. Tuvo lugar a las 21.12 horas, unos 40 minutos después del choque contra la formación rocosa que abrió un agujero de 70 metros en el casco del buque, y en él un oficial del Costa Concordia oculta el accidente en repetidas ocasiones. Solo reconoce que han tenido un “corte de corriente” y que están “verificando las condiciones” del navío. Según el diario italiano La Repubblica, que cita dos fuentes “cualificadas”, lo último que hacen los marinos en caso de incidente es avisar a la Capitanía. Eso conllevaría largos controles y los consiguientes problemas con el pasaje y pérdidas económicas, según esas fuentes. El periódico asegura además que tras el momento del choque del Costa Concordia, en un plazo de tiempo de una hora y cuarto, Schettino contactó al menos tres veces con el director de operaciones marinas de la naviera propietaria del buque, Roberto Ferrarini.

Ayer irrumpió en la disparatada tragedia del Costa Concordia una misteriosa moldava de 25 años que al parecer acompañaba a Schettino en el momento del accidente. Domnica Cemortan, bailarina y traductora, no aparece en las listas de pasajeros y de tripulantes que tienen las autoridades. La empresa, sin embargo, informó de que era una pasajera y puso a disposición de las autoridades la documentación que lo acredita. Cemortan se deshizo en alagos al capitán durante una entrevista con la televisión moldava Journal TV. H