La Santa Sede ha concluido la “gravedad de las faltas” que dieron lugar en el pasado a una “comprensión y reacción insuficientes”, también por parte de los obispos y superiores religiosos, ante el “terrible fenómeno” de los abusos a menores en la Iglesia de Irlanda, según los resultados de la Visita Apostólica a Irlanda --a las cuatro archidiócesis, institutos religiosos y seminarios irlandeses-- que se publicó ayer.

Por ello, la Santa Sede “reafirma la consternación expresada por el papa Benedicto XVI en la Carta a los católicos de Irlanda y la cercanía que en repetidas ocasiones ha manifestado a las personas víctimas de esos actos pecaminosos y criminales cometidos por sacerdotes o religiosos”.

La visita ha comprobado que “los dolorosos acontecimientos de los últimos años han abierto muchas heridas, también en la comunidad católica” aunque, al mismo tiempo, asegura el informe, “se ha puesto de manifiesto la permanente vitalidad de la fe del pueblo irlandés”.

El texto final revela que, a partir de los años 90, se han realizado “avances decisivos” que han desembocado en una mayor conciencia del problema y en “cambios profundos en la manera de afrontarlo”. Además, subraya la estrecha colaboración con las autoridades civiles en el informe puntual de las denuncias. H