Hacía mucho frío ayer en Kautokeino, en la Laponia noruega, así que Alberto de Mónaco y su mujer, Charlene Wittstock, decidieron abrigarse. Y, como detalle hacia sus anfitriones, lo hicieron con los vestidos lapones tradicionales. No solo eso. También dieron un paseo en un trineo tirado por renos. La pareja quiere observar el impacto del calentamiento del planeta en los sami, criadores de renos.