Son los más concienciados a la hora de la correcta alimentación. Dos de cada tres de los abuelos españoles juegan un papel esencial en la buena y equilibrada alimentación de los niños ya que son el colectivo social que más fomenta y consume la dieta mediterránea. Y es que, como consecuencia de la cada vez más elevada vida laboral de los padres, los abuelos son los que habitualmente corren a cargo de una de las comidas o cenas durante la semana de los más pequeños.

Según se desprende del primer Estudio sobre la Influencia de los Abuelos en la Alimentación de los Niños realizado a 404 personas de más de 60 años, que presentó ayer la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (FESNAD) y la Agencia de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) con motivo del Día Nacional de la Nutrición, el 64% de los abuelos preparan a sus nietos su comida habitual.

De esta forma, se favorece que los niños conozcan los alimentos de la dieta mediterránea porque, según el informe, más de la mitad de los abuelos consume tres piezas de fruta al día, y tres y cuatro veces a la semana preparan verduras y pescado. Asimismo, las personas de más de 80 años son los que aseguran tener una mejor alimentación y el 52% de ellos considera que su dieta es, y ha sido, más sana que la que tienen actualmente los niños.

FRUTA Y VERDURA // Sin embargo, pese a estos datos, el 67% de los abuelos cree que los nietos no comen de todo porque abusan de la carne y de los postres lácteos y evitan ingerir verdura, fruta y pescado. Unos alimentos que son esenciales para conseguir mantener una dieta sana y equilibrada y para evitar que siga aumentando el número de niños obesos y con sobrepeso en España. Por ello, en referencia al postre, el 71% de los encuestados asegura que sirven habitualmente fruta a los niños.

“Los abuelos enseñan a los nietos a conocer nuevos sabores porque suelen realizar unas comidas más elaboradas”, asegura el secretario general de FESNAD y presidente de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas, Giuseppe Russolillo, quién además advierte de que cada vez se está perdiendo la costumbre de inferir “los platos de cuchara”. Un hecho que, a su juicio, repercute negativamente en la alimentación y educación alimentaria de los más pequeños.

Más allá del importante papel que juegan los abuelos en los hábitos de los niños, los expertos recuerdan la necesidad de que los padres y familiares les involucren a la hora de preparar los menús, de ir a la compra, de hacer la comida y de poner y quitar la mesa. Asimismo, insisten en la necesidad de que se fomenten las actividades al aire libre y el deporte entre los más jóvenes.

“Los hábitos alimenticios de la infancia son los que persisten en la vida adulta y luego ya es difícil cambiarlos. Por ello, es necesario que desde la familia se les eduque en conductas saludables, hablando con ellos y haciéndoles partícipes en la elaboración de las comidas”, comenta el presidente de FESNAD, Jordi Salas-Salvadó.

En este sentido, la jefe de Endocrinología y Nutrición de la Fundación Jiménez Díaz-Capio, Pilar Riobó, aporta el dato de que comer en familia al menos tres veces por semana reduce en un 32% el riesgo de trastorno alimentario y en un 15% el de obesidad en los niños. H