No intente hacer enfadar a Cristiano Ronaldo. Si lo hace en un campo de fútbol, es probable que le dedique un corte de mangas o que le enseñe el muslo para presumir de unos cuádriceps más inflados que su ego. Si lo hace fuera del césped, corre riesgos mayores, aunque haya salido en defensa de su novia: podría acabar arrojado al río Tajo a su paso por Lisboa. Eso es lo que le ocurrió, según la revista Nova Gente, al modelo internacional Gonçalo Viriato Teixeira la madrugada del pasado domingo.

El jugador del Real Madrid acudió aquella noche a la discoteca Urban Beach con su cuñado, José Pereira, y unos amigos. Cuando vio a una chica que le gustó (la modelo Carolina Fernandes) envió a Pereira a pedirle el teléfono. La joven no se lo dio.

LA SUJETÓ POR EL VESTIDO El crack del muslo hipertrofiado decidió entonces ir en persona a seducirla. Según algunas fuentes, llegó a sujetarla por el vestido como si estuviera defendiendo al delantero rival en un córner en contra. Y ahí entra en juego el novio de la chica, que a la salida de la discoteca le recriminó al futbolista del Real Madrid lo sucedido. Cansado, Ronaldo ya enfilaba el camino de su Lamborghini, uno de los muchos supercoches de los que es propietario. No hizo caso al modelo.

Pero, según varios testigos presenciales, los amigos de Cristiano sí que le hicieron caso. Pero para tomarse muy mal sus recriminaciones, de manera que lo cogieron, lo arrastraron hasta el río Tajo y lo lanzaron al agua. La escena estaba siendo contemplada por varias personas que asistieron atónitas al desenlace de la bronca; algunas rescataron a Viriato Teixeira, que ha puesto el caso en manos de sus abogados, según Nova Gente. De momento, no ha denunciado al jugador ni a sus acompañantes por el remojón con nocturnidad. Como era previsible, el escándalo ha tenido un amplio eco en la prensa portuguesa, pero CR7 no ha dicho nada al respecto.