El príncipe Guillermo de Inglaterra tuvo ayer celebración por partida doble. Además de festejar su 30° cumpleaños en una fiesta privada que tuvo lugar en su residencia del norte de Gales, también celebró que ya puede disfrutar de la herencia de 12,4 millones de euros de su madre, Diana de Gales. Tras su muerte, Lady Di dejó una herencia de16 millones de euros a sus hijos Guillermo y Enrique, que tenían quince y doce años, cuando falleció en un accidente de coche en París la noche del 31 de agosto de 1997. Pero los albaceas habían establecido que este legado no les sería entregado antes de llegar a la tercera decena de edad, tiempo durante el cual la suma ha aumentado cerca de 24 millones de euros gracias a los intereses del fondo en que se invirtió el dinero. Unos meses antes de morir, la malograda princesa de Gales dejó hecho el testamento en vida que estipulaba que su herencia se repartiría de forma equitativa entre sus dos hijos. Condición que, que en el caso de Guillermo se cumple precisamente ahora, al alcanzar los 30 años, la edad que le permite acceder su parte de la herencia de su madre.