La Real Academia Española (RAE) ha actualizado en internet, por quinta vez desde su aparición en el 2001, la vigésima segunda edición impresa del Diccionario de la Lengua Española (DRAE), que es la última publicada hasta ahora. En total, se han efectuado 1.697 cambios. Uno de las más destacados es la que se refiere al matrimonio homosexual. La RAE se adapta, de esta forma, a la ley que permite las bodas entre personas del mismo sexo. Pero la actualización también recoge términos informáticos (usb, chatear o blog) y coloquiales (canalillo, culamen, sociata o pepero).

Las modificaciones corresponden a las debatidas y aprobadas desde septiembre del 2007 hasta diciembre del 2011. Los cambios del DRAE, al igual que ocurre con el resto de las obras académicas desde hace una década, se realizan con el consenso de las 22 Academias de la Lengua Española.

Estas modificaciones afectan a vocablos como acojonamiento, beisbolero, bloguero, canalillo, culamen, chatear, cienciología, clitoriano, culamen, euscaldún, friki, gayumbos, minicadena, ochomil, okupa, papamóvil, pepero, sms, sudoku, sociata o usb.

Ocupa un lugar destacado en la lista de novedades el término matrimonio gay. Ahora se añade como una de las acepciones de la voz matrimonio, definido así: “En determinadas legislaciones, unión de dos personas del mismo sexo, concertada mediante ciertos ritos o formalidades legales, para establecer y mantener una comunidad de vida e intereses”.

EDICIÓN IMPRESA // Todas las modificaciones formarán parte de la próxima edición impresa del DRAE, la vigésima tercera, prevista para el año 2014. No obstante, el proceso de actualización es continuo y sigue abierto. La RAE y el resto de las Academias de la Lengua Española trabajan conjuntamente en una serie de enmiendas --varios miles-- que, una vez aprobadas, se irán dando a conocer oportunamente y pasarán a formar parte del DRAE.

El preámbulo de la edición impresa vigente recuerda que “con frecuencia se solicita, y a veces de manera apremiante, que sean borrados del Diccionario términos o acepciones que resultan hirientes para la sensibilidad social de nuestro tiempo. La Academia ha procurado eliminar, en efecto, referencias inoportunas a raza y sexo”. “Conviene tener claro al propósito que el Diccionario debe facilitar, al menos, claves para la comprensión de textos escritos desde el año 1500”, apunta. H