Con cara compungida y acompañada de los familiares más cercanos, Isabel Pantoja se ha enfrentado a la primera sesión del juicio por blanqueo que se sigue en la Audiencia Provincial de Málaga. Su abogado ha pedido la nulidad de las diligencias al entender que los distintos informes policiales que dan pie a su detención e inclusión en la causa se iniciaron sin tener siquiera "meras sospechas", de ahí que se hayan podido vulnerar sus derechos fundamentales. El juicio ha quedado suspendido hasta este viernes tras formularse las cuestiones previas de las distintas partes implicadas.

La mañana ha sido tranquila en los juzgados, y pese a lo anunciado por su club de fans, apenas media docena de seguidores de la cantante --frente al centenar de periodistas y el amplio despliegue policial-- aguardaban desde primera hora la llegada de la artista para darle ánimo. Poco antes del inicio de la sesión se han congregado unos cuantos más, procedentes de otras provincias andaluzas, e incluso han podido entrar en la sala de vistas como público y hablar con Pantoja, que les ha agradecido su presencia y les ha comentado que estaba tranquila. A la salida de los juzgados, ha sido despedida a los gritos de "guapa" y con los seguidores coreando su nombre.

La cantante, muy delgada y vestida con un pantalón y chaleco beig, un fular blanco y enormes gafas de sol, ha llegado sobre las 8.45 horas de la mañana de este jueves acompañada por varios familiares, como su hermano Agustín, su sobrina Anabel, y amigas como la periodista Chelo García Cortés o Raquel Bollo.

Mientras aguardaba a que se iniciara la sesión, en los pasillos ha coincidido con su expareja, Julián Muñoz, que decidió llegar a las 7.30 horas para evitar encontrarse con las fans de la cantante. Al percatarse de la presencia de Isabel, se ha acercado a saludarla educadamente con dos besos y se alejado a la otra punta del pasillo, donde charló con abogados y otros conocidos. La tercera implicada en discordia, la exmujer de este, Maite Zaldívar, ha sido la última en llegar, minutos antes del inicio de la vista.

Petición de tres años

Pantoja, que se enfrenta a una petición de tres años y medio de cárcel por haber ayudado a blanquear 1,5 millones de euros procedentes de su expareja, ha podido evitar uno de sus peores pesadillas, sentarse en el banquillo junto a la expareja, y ha permanecido alejada de ambos. Durante las poco más de dos horas de la vista, la cantante ha permanecido en todo momento con la mirada perdida, sin apenas mirar al tribunal o a los abogados. Tan solo ha intercambiado unas breves palabras con una de las imputadas más jóvenes al final de la sesión, muy densa al abordarse cuestiones puramente procesales. Muñoz, en cambio, demostraba su experiencia en estas lides y no paró de tomar notas en papel o en su tablet.

Junto a la nulidad reclamada por los abogados de Pantoja, que han llegado a decir que la detención estaba preparada porque la orden de arresto se produjo casi al mismo tiempo que el informe policial, sin haber tenido tiempo para estudiarlo, la defensa del exregidor de Marbella también ha pedido el aplazamiento del proceso hasta que no haya sentencia firme del 'caso Malaya' al entender que hay elementos interrelacionados.

El juicio que ha comenzado esta mañana en al Audiencia de Málaga es uno de los más mediáticos del país. En el banquillo, se sientan, además de la Pantoja, Muñoz y Zaldívar,otras siete personas relacionadas con ellos, como un cuñado o dos banqueros. Un triángulo amoroso que, según la Fiscalía Anticorrupción, se dedicó a blanquear dinero procedente de las actividades ilícitas del exalcalde de Marbella durante su paso por el consistorio, y que se destapó al hilo de la 'operación Malaya' contra la corrupción en la Costa del Sol.

Especulaciones

Mucho se había especulado sobre la posibilidad de que Pantoja hubiera alcanzado un pacto con la Fiscalía para tratar de evitar la prisión por un delito de blanqueo, dado que se enfrenta a una petición de tres años y medio de cárcel. Pero eso supondría reconocer su culpabilidad, algo a lo que la cantante se niega, dado que desde que fue detenida, a principios de mayo del 2007, siempre ha mantenido su inocencia. También deberá afrontar una multa de 3,7 millones de euros, a la que ha dicho que responderá con sus bienes.

Peor lo tiene su expareja, Muñoz, para quien tanto la Fiscalía como el Ayuntamiento de Marbella, personado como acusación particular, reclama siete años y medio de cárcel y una multa de 7,5 millones de euros por los delitos de blanqueo y cohecho. Para Zaldívar, la mujer despechada que levantó la liebre al relatar en televisión cómo el dinero extra entraba en su casa en bolsas de basura, la petición de pena se repite: tres años y medio de cárcel y una sanción de 2,6 millones de euros por un delito de blanqueo.

El ministerio público y la investigación policial parecen no tener dudas. Muñoz se enriqueció ilícitamente en el ayuntamiento a base de “mordidas” y comisiones por operaciones urbanísticas y otras actuaciones municipales, y fue utilizando a sus parejas sentimentales para “lavar” ese dinero negro --hasta 3,5 millones de euros-- e introducirlo en el circuito legal, principalmente mediante la compra de inmuebles.

Primero fue Zaldívar, y desde el 2003, cuando se oficializa la relación sentimental, fue la cantante quien colaboró para blanquear 1,5 millones mediante la compra de un apartamento en el Hotel Gualdalpín, el chalé Mi Gitana en la exclusiva urbanización La Pera, la compra de ganado para Cantora o incluso el ingreso de grandes cantidades de dinero en efectivo en sus cuentas.

Dinero de sus galas

Según las acusaciones, ambas mujeres eran “perfectamente conocedoras del origen ilícito de los fondos y bienes que reciben” de Julián Muñoz, “puesto que sabían cuáles eran las fuentes de sus ingresos lícitos” y conocían que este estaba involucrado ya “en numerosos procedimientos penales por delitos de corrupción administrativa de contenido económico”. Pese a ello, “se prestaron --cada una en su momento-- para servir de cobertura al ocultamiento de bienes y el dinero adquiridos ilícitamente por Muñoz", señala el escrito de acusación del fiscal.

La investigación policial concluyó que ni el exregidor ni su exmujer percibieron rentas suficientes para justificar el patrimonio del que luego dispusieron. Distinto es el caso de la cantante. Su defensa se aferra a su larga trayectoria artística, ya sea mediante galas o exclusivas, y a su capacidad de ahorro, para explicar las grandes cantidades de dinero en metálico que movió en esas fechas. Y presentan un informe en el que aseguran que generó hasta 19 millones de euros entre 1999 y el 2010. Ahora será el tribunal quien tendrá la última palabra.