Por sorprendente que parezca, las dependencias del palacio de El Pardo, residencia habitual de Francisco Franco, albergaban 37 años después de su muerte vestigios inéditos del dictador. La revista Interviú publica mañana un número doble con más de 100 fotografías olvidadas en El Pardo que revelan aspectos hasta ahora ocultos sobre la vida del jefe de Estado español durante 40 años.

Se trata de imágenes tomadas por el fotógrafo personal de Franco en los años 40 y principios de los 50. Uno o dos fotógrafos acompañaban permanentemente al dictador, de ahí que haya imágenes sorprendentes que relatan con precisión cómo era su vida, también los aspectos menos conocidos. Por ejemplo, Franco, que no era muy deportista, practicó públicamente el golf. Pero nada se sabía sobre sus pinitos con el tenis. Varias instantáneas le muestran jugando con un profesor en una pista que ordenó construir en El Pardo.

Franco -y su aparato de propaganda- procuró granjearse una fama de hombre austero, mesurado y silencioso. Sin embargo, las fotografías y testimonios de la época muestran una personalidad bastante distinta. Interviú acompaña las fotografías de las interpretaciones realizadas por Juan José Millás y los historiadores Juan Pablo Fusi y Luis Suárez, que hacen su particular semblanza del exjefe del Estado español. El álbum hasta ahora oculto muestra un carácter epicúreo y entregado a la caza y a la pesca.

Las ostentosas cacerías

Una serie de fotos, por ejemplo, reflejan una de las cacerías en la sierra de Gredos (Ávila). El fotógrafo retrató a Franco junto con decenas de cabras hispánicas abatidas. Las instantáneas demuestran además que las comitivas que le acompañaban en sus expediciones contaban con un elevado número de miembros. En una jornada de pesca -a la que acudió su mujer, Carmen Polo- se montó una enorme tienda de campaña atendida por criados con levita para que Franco y sus acompañantes disfrutasen de un refrigerio.

Muchos de los rollos de negativos olvidados en El Pardo son de la marca Agfa, fabricados en Berlín y con fecha de caducidad de septiembre de 1941. Interviú revela que los fotógrafos usaron película caducada a partir de esa fecha.