La guía Michelin del 2013 ha traído una lluvia de estrellas a los restaurantes españoles. Un total de 20 nuevas distinciones para otros tantos locales demuestran que el trabajo de los mejores chefs ha tenido su premio.

Hay dos nuevos tres estrellas: Azurmendi (Larrabetzu, Vizcaya) de Eneko Atxa, que a sus 35 años se convierte en referente de su generación, y Quique Dacosta (Dènia, Alicante), uno de los eternos aspirantes a entrar en el olimpo de la guía francesa, justo el año que el chef vivía el anuncio de la nueva publicación con menos expectativas. Los otros triestrellados españoles son Juan Mari Arzak (Arzak), Pedro Subijana (Akelare) y Martín Berasategui (Lasarte), los tres vascos, y Joan Roca (El Celler de Can Roca) y Carme Ruscalleda (Sant Pau), ambos en Cataluña.

Un club selecto y reducido el de los triestrellados, acaso demasiado si se compara con otros países de nuestro entorno como Alemania (tiene 10), y a la misma altura que Italia. En ambos casos, superan con mucho los 148 restaurantes con estrellas en España; los transalpinos tienen 307 y los teutones, 255. Ninguno de ambos países son una referencia mundial en la alta cocina creativa.

No celebró nada Andoni Luis Aduriz, a quien Michelin se esfuerza en negarle una tercera distinción que el resto del planeta entiende como obvia. H