Puede que José Luis Borau pase a la historia del cine español por ser el director de la excelente, y también polémica, Furtivos, película realizada al final de la dictadura franquista. Pero en Borau, cineasta, productor, guionista, actor, ensayista, escritor, historiador, profesor, editor, académico de la Real Academia Española y el sexto presidente de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, entre 1994 y 1999, se puede condensar buena parte de la historia del cine español de las últimas cuatro décadas.

Nacido en Zaragoza en 1929, Borau había sufrido en los últimos años una serie de reveses físicos que debilitaron su salud y, afectado de un cáncer de garganta, falleció ayer a mediodía en Madrid. Su obra como director es corta, tan solo nueve largometrajes desde Brandy, disparatado western realizado en 1964, hasta Leo, estrenada en el 2000, además de la serie de televisión Célia (1992).

Pero su andadura por el cine es tremendamente generosa. Produjo con su compañía El Imán numerosas películas.Fue profesor de la Escuela de Cinematografía y el Audiovisual de la Comunidad de Madrid (ECAM), impartió cursos diversos-sobre todo de guion- y probó la aventura editorial de libros de cine fundando en 1995 Ediciones del Imán. Como ensayista e historiador destacan especialmente dos de sus trabajos, El caballero d’Arrast (1990), libro sobre Henri d’Abbadie d’Arrast, y el Diccionario del Cine Español (1998).

Sin ligarse a ningún partido político, Borau fue un defensor de todas las libertades. Del mismo modo que en 1975 se negó a realizar los 40 cortes a los que le obligaba la censura franquista para poder estrenar Furtivos, saliendo vencedor en el envite, en 1998, durante la gala de los premios Goya de aquel año, el 31 de diciembre, subió al escenario como presidente de la Academia con las manos pintadas de blanco en señal de repulsa por el asesinato del concejal del PP Alberto Jiménez Becerril y su esposa, cometido por ETA un día antes.

Su integridad moral como académico, se trasladó también a su estricta andadura cinematográfica. Si produjo obras independientes, también intentó con sus propias películas como director horadar terrenos novedosos sin apartarse nunca de la realidad política y social del país. H