Ester Quintana ha roto su silencio. La mujer narra a cara descubierta la tragedía que ha vivido desde que la noche del 14-N perdiera el ojo tras recibir el impacto de un proyectil. En un primer plano, donde es perfectamente visible el parche que le tapa el ojo izquierdo, Quintana relata como cuando se estaba marchando de la manifestación se vio atrapada entre la calle de Casp y el Passeig de Gràcia. "Vi cargar a los Mossos y entonces noté el impacto en la cara... El dolor era indescriptible. Le dije a Luis (su acompañante) ¡me han dado! ¡No tengo ojo!", ha recordado en la grabación.

Ester Quintana explica como el impacto destrozó el globo ocular y seccionó el nervio óptico, además de romperle parte del pómulo. Eso ha hecho que, además de la pérdida de la visión, se le haya tenido que retirar el globo ocular y se le haya sustituido por una prótesis."He visto imágenes del Puigdiciendo que en esa zona los Mossos no dispararon. Sí lo hicieron. Yo lo vi. Mírenme, yo soy la prueba. No sé que proyectil me impactó en la cara. Pero sé que lo dispararon los Mossos", ha contado Ester a quien, en algunos momentos, le vence la emoción. Aunque no deja de hablar, las lágrimas anegan su otro ojo.

Curas en casa

La mujer, que actualmente vive con sus padres, ha denunciado como en ningún momento se le proporcionó asistencia psicológica en el Hospital de Sant Pau, donde estuvo ingresado. "Y yo la pedí. No sé si está en los protocolos. Pero no es humanitario", ha denunciado. Además, ha explicado que le dieron el alta apenas cuatro días después de ingresar, pues entró el miércoles por la noche y el lunes le hicieron abandonar el hospital. Incluso las curas se las tiene que hacer su madre. "Mi madre tiene que hacerme las curas cada ocho horas. No sé si una madre es la persona más adecuada para hacer esas curas a una hija", ha comentado.

El pasado viernes, los abogados de Ester presentaron una denuncia ante un juzgado de Barcelona en que solicitaban que se practicaran las pruebas necesarias para determinar qué tipo de proyectil impactó en su rostro.