Una falta de asistencia para participar en una asamblea estudiantil, usar el móvil en el aula o interrumpir una clase son algunas de las conductas que el PP estudia incluir como faltas de respeto al profesor y, por lo tanto, como sancionables si el docente lo considera oportuno, según la propuesta que prepara para reforzar la autoridad de los maestros. La intención es que, llegado el caso, el profesor pueda disponer incluso del horario fuera de la jornada escolar para hacer cumplir la sanción, una medida contra la que ya se han pronunciado federaciones de padres de alumnos.

Pese a las quejas, la mayoría absoluta de los populares será previsiblemente más que suficiente para dar luz verde, en el pleno que hoy celebra el Congreso, a la proposición no de ley que permitirá revisar el decreto de derechos y deberes de los alumnos, un texto que data de 1995 y que el PP considera que ya no garantiza “un adecuado clima escolar”.

“Lo que pretende el PP con esta medida es dar un caramelito a los profesores, mientras, por otro lado, les castiga con recortes y más recortes”, lamenta José Luis Lupiáñez, miembro de la junta directiva de la mayoritaria Confederación Española de Asociaciones de Padres de Alumnos (Ceapa). “Es un contrasentido que el partido del Gobierno que aumenta la ratio por aula, que deja sin cubrir las bajas de los docentes hasta al cabo de dos semanas, que ha herido de muerte los programas de atención a la diversidad diga ahora que hay que mejorar el clima escolar, cuando sus decisiones no hacen más que empeorarlo”, critica Mario Bedera, exsecretario de Estado de Educación con el PSOE.

Los socialistas, que en la pasada legislatura frenaron dos iniciativas del PP similares a la que se vota hoy, volverán a pronunciarse en contra. H