El eterno dilema entre la conservación estricta propia de los parques nacionales, la máxima figura de protección en España, y el beneficio comercial que puedan obtener de ellos los municipios próximos ha renacido con fuerza tras anunciarse un proyecto de ley que abre el camino para que dos de los 15 espacios que constituyen la red, Monfragüe (Cáceres) y Guadarrama (Madrid-Segovia), permitan actividades hasta ahora proscritas como la navegación fluvial y el vuelo sin motor.

El Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente, con el apoyo de los gobiernos autonómicos y locales que impulsan ambas iniciativas, asegura que se trata de dos excepciones con un mínimo impacto, pero la oposición y los ecologistas están que trinan porque consideran que se trata de la antesala hacia la privatización. Hasta ahora, la única actividad comercial con cierto volumen que se desarrolla en los parques nacionales son las visitas organizadas con guía y algunos establecimientos de hostelería que son herencia de otras épocas.

Miguel José González, alcalde de Torrejón el Rubio (Cáceres), refleja el sentir de algunos de esos ayuntamientos. “Se nos vendió la moto de que con la declaración del parque, en el 2007, iba a llegar el dinero, pero lo que ha sucedido es que seguimos perdiendo empleos y población porque gran parte de los turistas visitan el parque y se van sin pernoctar”.

Si el anteproyecto de ley del ministerio prospera, los meandros del Tajo a su paso por Monfragüe, una joya del bosque mediterráneo, dispondrán en breve de embarcaciones turísticas. “Solo se aceptará la navegación si no causa efectos y se hace con un sentido ambiental”, puntualiza Federico Ramos, secretario de Estado de Medio Ambiente.

No todos lo tienen tan claro. Theo Oberhuber, de Ecologistas en Acción, considera que la navegación recreativa en Monfragüe, “por muy silenciosa que sea”, afectará a las puestas de algunas de las valiosas especies que crían en las orillas del Tajo. Oberhuber insiste: “Estamos hablando de parques nacionales. Son solo 15 y no nos podemos permitir que se deterioren”. La presión local es tal que ya se ha elevado una propuesta para autorizar la navegación en los lagos de Covadonga, en los Picos de Europa. Con el beneplácito de los ecologistas, que los consideran espacios particularmente sensibles, los parques de Doñana, Timanfaya y Cabañeros son los que aplican la política más estricta de accesos. H